La periferia marginada también es patrimonio de Ibagué
El premio Municipal de Investigación en Patrimonio que este año ganó el docente de la Universidad del Tolima, arquitecto Andrés Francel con su investigación “Historia y patrimonio de la periferia interior de Ibagué” va más allá de los espacios arquitectónicos y trasciende a lo social, al olvido en que por casi un siglo se ha tenido la zona entre las calles 15 y 25 y las carreras primera y sexta. “Allí se desarrolló un sector de ciudad particular que quedó un poco congelado en el tiempo y conserva unas características muy importantes para realizar nuevos estudios de patrimonio en la ciudad” afirmó Francel Delgado, quien también explicó en qué consiste este estudio y cómo se pueden utilizar las conclusiones allí descritas.
“Generalmente los estudios patrimoniales se enfocan sobre los principales edificios de la ciudad, los más reconocidos: la Iglesia del Carmen, la Catedral, la Iglesia de San Roque, Belén, La Pola, pero a veces se obvian otros lugares que han sido invisibilizados, como los de esta zona, a la cual se aplica el concepto contemporáneo de periferia interior, es decir, esos espacios que quedaron congelados por algún motivo en el tiempo, porque la ciudad siguió creciendo pero no planeó cómo se iban a desarrollar y que generalmente están cerca de grandes equipamientos como la Estación del Ferrocarril o las plazas de mercado, entonces no se les prestó atención. Para mí siempre ha sido una interrogante constante lo que sucede en esos espacios, cuáles fueron los criterios mediante los cuales los nuevos pobladores de esas zonas se apropiaron y generaron elementos estéticos y urbanísticos que finalmente definieron la ciudad. A partir de allí empecé a involucrar elementos de otras investigaciones que ya había realizado y fui profundizando en sus características específicas para determinar cuáles eran sus virtudes y cuáles son las potencialidades pensando en el futuro desarrollo de la ciudad”.
El estudio realizado por el profesor Francel concluye que en Ibagué aunque no se tiene arquitectura colonial, hay abundancia de arquitectura neocolonial justamente en este espacio. Esto se da porque luego de la colonia los patrones de desarrollo urbanístico continuaron o replicaron de manera inercial estos patrones, de modo que en este espacio se pueden encontrar todavía técnicas y estéticas coloniales. Igualmente se pueden ver unas capas de desarrollo del art déco y del protomodernismo. “La potencialidad que tendría esta zona de ciudad es la de conectar el Terminal de Transportes y generar un espacio muy importante a nivel turístico que nos permite también recuperar este sector de ciudad que ha quedado deprimido. Por ejemplo, el Parque López de Galarza es un espacio que no es disfrutado por la mayoría de los habitantes porque no hay quien lo disfrute, es decir, no está configurado como un escenario de disfrute sino como un elemento aislado de su entorno” consideró el investigador.
Lo que se busca en un corto y mediano plazo es que se pueda pensar un poco más la ciudad y se tomen decisiones sobre criterios claros, con valoraciones históricas muy fuertes y teniendo en cuenta el componente humano. “Cuando hablamos de esta zona de estudio lo que se ha pensado es pasar unas máquinas, demoler todo, construir unas nuevas torres y listo, se solucionó el problema. Y realmente lo que está sucediendo es que nos olvidamos de las dimensiones humanísticas, culturales, sociales, estéticas que se han decantado durante muchos años, ya casi un siglo de desarrollo. Actualmente las decisiones se siguen tomando sin criterios claros, desde intereses económicos, políticos o solamente gremiales. Nosotros desde la academia, desde la universidad pública tenemos una visión que no depende de los intereses políticos sino desde la sobriedad con que hagamos nuestros estudios y la sensatez con que intentemos plantear nuestra ciudad”.
Lo que sucede es que esta zona nunca se planificó, entonces se permitió que existieran asentamientos ilegales como loteo irregular dependiendo de los intereses económicos y políticos que propiciaron que espacios que habían sido designados para que no fueran urbanizados, finalmente se urbanizaran. Entonces creció allí un asentamiento con unas adaptaciones orgánicas a las dinámicas de la Estación del Ferrocarril y la plaza de la 21.
Aunque la publicación fue lanzada el pasado 30 de noviembre, se quiere hacer un nuevo acto en la UT para entregar algunos ejemplares. También estará colgado en la página: ut-co.academia.edu/AndresErnestoFrancelDelgado ya que el propósito es justamente que se difunda ya que es parte de un estímulo municipal y es importante que tenga el acceso público. Este es un reconocimiento a la labor de investigación, otorga un premio de diez millones de pesos que deben ser utilizados en la publicación del libro. Entonces, además del reconocimiento a la labor intelectual, garantiza que esta investigación científica se publique y difunda.