¿Camino hacia la biblioteca sin libros?
Durante el año anterior la biblioteca Rafael Parga Cortés de la Universidad del Tolima invirtió más de 800 millones de pesos en bases de datos frente a 20 millones de pesos en compra de textos impresos. Es un dato relevante que muestra como cada vez más los usuarios han migrado al uso del texto electrónico, y en el caso de la academia, de las bases de datos como soporte para los procesos de investigación.
El uso cada vez mayor de las bases de datos y el texto electrónico es un proceso cada vez más global, sin embargo este no va a ser de corto plazo, hay quienes ven muchas ventajas en el libro impreso, incluso hay cierto romanticismo ya que el libro impreso implica tener algo físico que se valora mucho más, el lector lo puede tocar, oler, son sensaciones que se tienen cuando se va a leer, lo que no pasa con el texto electrónico.
Los partidarios del libro digital por su parte consideran que estos son portátiles, se pueden llevar y consultar en el móvil, ordenador o tablet, se adquieren fácilmente por internet a bajo costo e incluso en forma gratuita y legal.
“Las bases de datos permiten a estudiantes y otros usuarios recuperar la información académica y científica como soporte en su proceso académico. Este año se ha incrementado mucho el uso de estas bases de datos. La biblioteca es fundamental en los procesos misionales de la universidad; academia, investigación y proyección social, es muy importante para los procesos de acreditación para el MEN, CNA y Conaces” explica la funcionaria de la biblioteca Rafael Parga Cortés Luz Dary Sánchez.
La autora del libro Los adolescentes y las redes sociales Roxana Morduchowicz explica que “Muchos chicos creen que todo lo que está en Internet puede ser copiado y utilizado literalmente sin referencias. Recurren al ‘copiar y pegar’ y hacen creer que ellos fueron los autores del texto. El problema no es sólo el plagio sino las consecuencias negativas para el desarrollo de su pensamiento reflexivo”, con lo que se afecta la intención de formar personas con altas capacidades críticas.
Es el momento de replantear incluso los espacios y servicios que prestan las bibliotecas, empezando por la nuestra, hay colecciones de revistas que tienen cero consultas, igual ocurre con libros, para no quedar en el pasado y a tiempo darle paso a la evolución en la forma como obtenemos la información.